Hoy aparece, en eldiario.es
una interesante entrevista al escritor y periodista cubano Leonardo Padura que está en Sevilla para impartir un curso de
primavera de la Universidad Menéndez Pelayo denominado "¿Para qué sirve una novela?".
En la entrevista, Leonardo Padura
reflexiona sobre muchos temas universales relativos a la creación literaria -la
función social de la novela, la relación entre lector y escritor, las
diferentes formas de enfrentarse con el proceso creativo, la profesión de
escritor, etc.- y, como hacen los filósofos, muchas veces las respuestas
derivan en nuevas preguntas.
Percibo a un hombre que duda, que
sabe que no tiene todas las respuestas y que se considera un espectador humilde
de la vida. Tal vez por eso, cuando el entrevistador -Javier Ramajo- le pide su
opinión sobre la repetición de las elecciones en España por la falta de acuerdo
entre las distintas fuerzas políticas, Padura contesta: "No hablo de la realidad de los países en los
que no vivo [...] Respeto mucho el conocimiento interior e íntimo de una
realidad como para poder valorarla".
Pixabay CC0 Public Domain |
Pero la responsabilidad de considerarte o no con autoridad para opinar sobre lo que sucede en un país no solo
debe fundamentarse en el hecho de vivir o no en él, porque, como vemos todos
los días, uno puede vivir en un lugar y no enterarse de nada de lo que sucede.
En esta misma entrevista reconoce que en nuestros tiempos nos informamos
fundamentalmente a través de las redes sociales. Los grandes medios de
comunicación no han sabido adaptarse a los cambios de hábitos que ha provocado
el boom de las nuevas tecnologías y,
especialmente en España, Padura piensa que las grandes compañías de
comunicación, ante la crisis, "[...]
han optado por soluciones económicas más que periodísticas [...]".
Esta opinión, no cabe duda, está justificada por la evidencia de que prácticamente casi todos los medios, en muy
pocos años, se han integrado en grandes corporaciones con intereses
económicos que están muy por encima del interés por la información pública
independiente y que están funcionando fundamentalmente como gabinetes de comunicación de
instituciones, dedicadas a justificar los desatinos y a manipular a la opinión
pública para que no se alteren los objetivos empresariales.
Y, por supuesto, todo funciona
según lo previsto. Hemos podido comprobar que, muchas de las decisiones
políticas que han salido adelante gracias a la mayoría absoluta que le
otorgamos los ciudadanos al Partido Popular, han sido dirigidas a favorecer a
los "Señores" que andan detrás o, a veces, dentro del propio Gobierno
y, a pesar de eso, y de todos los casos de corrupción en los que se ha visto
envuelto el Partido Popular -no olvidemos que, prácticamente todos esos casos
han supuesto menoscabo de dinero público y se han producido con el decorado de
grandes intereses empresariales detrás- según las últimas encuestas del CIS, el
Partido Popular volverá a ser la fuerza más votada. Cuando se desvelan los mayores escándalos de corrupción, las portadas de los principales periódicos o las entradas de los principales informativos se concentran en algún importantísimo partido de fútbol o en algún rumor estúpido e intrascendente que escandaliza a los timoratos.
Sí. Hemos dejado de leer
periódicos; incluso los digitales, que son gratuitos en su gran mayoría. Hemos dejado de informarnos, porque requiere tiempo y esfuerzo. Es monótono, tedioso, aburrido. Quizá por eso los informativos de radio y televisión están cediendo terreno a las tertulias en las que la vulgaridad y el insulto priman sobre la argumentación, el respeto y la verdad. Lo que vende es el espectáculo. Sin embargo, aun careciendo de la mínima información, sin dedicarnos el tiempo necesario para formarnos un criterio propio, dejándonos invadir por la
noticia deslumbrante, compartimos las barbaridades que nos llegan por Facebook o Twitter, y, además, le añadimos nuestra opinión, como si eso aportara un valor añadido: nos arrogamos una autoridad moral que no tenemos cuando opinamos sobre lo que desconocemos; mientras tanto, los de arriba se frotan las manos.
Animo Rafa. A mi me gusta leerte y te valoro.
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